En la mayoría de los países de habla hispana, una vez finalizada los estudios secundarios, los hijos deciden qué carrera van a seguir y en qué universidad lo harán. Siguen viviendo en casa, en su habitación, la comidita de mamá, su coche o compartido con la familia, quizás con novio/a,y así hasta la siguiente etapa de la vida.
En otros países como ser los europeos y en Estados Unidos, lo normal es aplicar a universidades por su ranking en la carrera que van a seguir, y la distancia del hogar familiar no es un factor definitivo a la hora de tomar la decisión correcta. Los hijos estarán a horas en avión, tren, bus y dormirán en una residencia o alquilaran una habitación. El tema es que el paso a la vida estudiantil es una real separación de la familia y muy posiblemente de las que no hay vuelta atrás, ya que una vez que han finalizado sus estudios suelen buscar trabajo e independizarse yéndose a vivir solos.
Los hijos vuelven a casa por Navidad y las vacaciones de verano y de a poco se van sintiendo de visita. Vienen en busca de los los platillos de toda la vida junto a los mimos, que echan de menos. Todos en la familia intentan recuperar el tiempo perdido sentados a la mesa contando anécdotas del tiempo transcurrido. Lo cotidiano ya no está.
Las familias de habla hispana que han emigrado a estos países de forma transitoria o permanente y tienen hijos en estas edades, se tendrán que adaptar a esta nueva realidad ajena a ellas.
Este verano se está viviendo algo distinto en todos los miembros de las familias en las que el hijo/mayor se incorporara a una universidad a fin de las vacaciones. Todos están expectantes, y tristes, y un poco nerviosos, ansiosos. ¿Podre hacerlo solo/a?, dice el estudiante; ¿podré hacerlo solo/a se preguntan los padres?, y nosotros cómo haremos para ser uno menos, cómo no añorar tanto?.
Disfrutar juntos de las vacaciones, hablar de las fantasías que cada uno tiene con respecto a lo que viene, pasar momentos de intimidad con hermanos menores si los hubiera, y con cada uno de los padres es una de las posibles acciones que pueden ayudar a transitar la despedida.
Gracias a las redes sociales y la tecnología, podemos estar más cerca que nunca antes de nuestros hijos-padres-hermanos viéndonos y hablándonos en vivo, mandándonos mensajes cotidianos tan sencillos como ¨Buenos Días, o ¨como te fue hoy¨.. No es lo mismo pero ayuda a acortar las distancias y a estar más presente en el dia a dia. Todavía no se ha inventado el contacto físico a través de la cámara pero mientras tanto hay que aprovechar lo que se pueda para mantenernos en contacto con nuestros afectos.